Esta semana se ha revelado una cinta en la que Alec Baldwin llamó a su hija de once años "cerdita grosera y desconsiderada". Vamos a solidarizarnos con Alec y darle la razón completamente. En un mundo en el que los niños son "los reyes de la casa", "la alegría del hogar", en un lugar donde los padres "negocian" con "esos pequeños ángeles", es de agradecer que alguien hable con propiedad: a los once años, los niños suelen ser cerditos groseros y desconsiderados. Bueno, y ególatras. Y pesados. Y, algunas veces, repelentes.
El bonito "hasta aquí llegamos" o "porque yo lo mando" o "te jodes y lo haces" o el maravilloso "por el artículo 33" de mi madre, añadido a la evidente diferencia de tamaño, parece que ha desaparecido en los diccionarios de los padres españoles. Ahora, quieren ser "colegas" de sus hijos, como Terelu y María Teresa Campos. Menudo ejemplo.
Si muchos padres admitiesen que sus hijos son así, nuestro medio ambiente se teñiría de paz y tranquilidad. ¡NO MÁS AGUANTAR NIÑOS GRITANDO! ¡NO MÁS AGUANTAR CHANTAJES INFANTILES!
Por decir la verdad, Alec Baldwin está siendo crucificado. Propongo que, en solidaridad con él, veamos la horrible "Malice". Con eso será bastante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario