lunes, 15 de octubre de 2007

NUEVA LEY: DIME DÓNDE HAY UN TIPO...

Nueva ley: Dime dónde hay un tipo que lleve un pin de la bandera norteamericana y así yo podré señalar a un gilipollas.

La semana pasada tuvimos la primera controversia genuina de la campaña presidencial. La tremenda noticia fue que Barack Obama no llevaba un pin con la bandera americana. O sea, que América y él ya no se llevan bien. ¿No llevas un pin, senador? Eso es igual que no llevar pantalones. ¿Por qué además no acuchillas a la Estatua de la Libertad en un ojo mientras abofeteas a una viuda del 11-S?

Ésta no es más que una serie de no-historias de mierda que no tienen ningún efecto en las tropas, en la guerra o en cualquier otro aspecto del mundo real. Eso sí, en la Fox llaman a esto “Noticias de primera plana”.
Lo que pasó es que un reportero de Iowa preguntó a Obama por qué no llevaba el pin y Obama explicó que, para él, llevar el pin le parece un sustituto de ser un verdadero patriota. Bravo, senador.
Y entonces, durante otro brillante ejemplo de cómo los medios son parte del problema, Claire Shipman dijo en la ABC que “Obama da demasiada información. Sólo tendría que haber dicho “No me juzgen por lo que visto”. Debería haber pasado de todo. Nos ha dado la imagen de no estar preparado para el prime time”. ¿Qué, chiquilla? ¿Demasiada información? ¿Qué años tienes? ¿Doce? Esta es la típica hipocresía de la prensa. Quieren a alguien que no dé respuestas políticamente correctas. Pero cuando encuentran a uno, le llaman perdedor.
Dicen que no quieren robots como Hillary pero han creado las condiciones donde sólo ese tipo de especie puede sobrevivir. Y encima dan espacio en televisión a personas como Sean Hannity, que informó sobre el “Nopingate” y después tuvo que llamar a su médico porque su empalmazo de indignación falsa le duró más de 72 horas.

Por supuesto, los republicanos son el partido de Mark Foley y Ted Haggard y Larry Craig y de incontables homosexuales no declarados. Por tanto, su fijación por las joyas es comprensible. Pero, de todos modos, la bandera es sólo un símbolo. ¡Os estáis escandalizando por un prendedor, reinonas!
Pero bueno, por lo menos ponerse un pin es un sacrificio mínimo. Seamos honestos. Esta generación no ha hecho ningún sacrificio real. O incluso, no ha pagado por sus propias guerras. ¡Para eso están los nietos!
No, lo nuestro son los pins de bandera y las pegatinas para el coche. Bueno, ni siquiera pegatinas. Imanes para el coche. Porque claro, las pegatinas son muy jodidas de quitar y a lo mejor un día cambiamos eso de “siempre en el corazón”.

Cuando veo una banderita de esas lo primero que pienso es “Votaste y todavía te gusta George W. Bush, el hombre que ha llevado innecesariamente a más tropas a la muerte. El hombre que no ha sido capaz de planear una misión, el que fuerza a las unidades al máximo mientras deja a sus amiguitos corporativos como Halliburton o Bechtel o Blackwater despojar y robar no sólo a los Iraquis, sino a nuestro propio ejército”.
¿Se imaginan que cabreo tendría el personal de la banderita si estas violaciones al ejército las hubiese hecho Bill Clinton? ¡Naaa, es broma! Seguirían obsesionados por la mamada.

1 comentario:

David R. dijo...

Lo del pin de la bandera es una situación que me suena... Estupenda de cualquier modo la contestación de Obama.
Gran blog, gracias a los Antonio Rico por descubrírselo al (gran) público... o al menos a mí como lector suyo.